lunes, junio 12, 2006

Franky y yo

Me acuerdo cuando a mediados de la secundaria leí en un libro de inglés la historia de Frankestein. No entendía nada. Para mí Frankestein era un zombie con tornillos en la frente. Pero en esa reseña del libro de Mary Shelly (siii mujerrr!!! mujer!!! :P:P) me di cuenta que esa criatura no tenía nombre, y que Frankestein era el nombre de su creador.

Anoche en el teatro me acordé mucho de ese momento, pero además, se sumó un plus extra: tomé conciencia de lo increíble que es esa historia.
Victor (el creador) es la historia. Las motivaciones que lo mueven a crear vida, el empeño que pone en los experimentos, el horror que siente cuando ve a su criatura a los ojos por primera vez y el inútil arrepentimiento posterior cuando ya la vida de ninguno (ni del monstruo, ni la de él) tiene sentido.

"Su error no fue crearlo, fue abandonarlo". Dios sí que acepta competencia.

Personaje increíble. Magia gótica pura.

[... y además, me quedé muy contenta sobre las cosas que se puede hacer acá nomás, en
Córdoba :):) ]

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