
Ese otro encierro la liberó: así pudo estudiar cuanto quiso, y no sólo osó pensar lo que quería, además lo dejó escrito.
La Iglesia la obligó al silencio, y aunque al final se creyó victoriosa, Sor Juana Inés de la Cruz sabía que el tiempo le daría la razón. Y que... sin embargo, se mueve*, aunque al Vaticano no le guste.
*"eppur se move", frase que susurró Galileo Galilei luego de retractarse frente a la Santa Inquisición para no morir en la hoguera, acusado de herejía por afirmar que la Tierra se movía alrededor del sol.
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