domingo, marzo 11, 2007

¿Cómo mirar Gran Hermano?

Hay una cosa que realmente no entiendo. Bah, en realidad si la entiendo... pero me cuesta resignarme a esa explicación.
El ser humano siempre tiende a tomar decisiones correctas en situaciones inadecuadas, lo que vuelve el "acierto" en un doble error.
Si tengo que buscar un ejemplo bien mediático y popular vuelvo a caer, otra vez, en Gran Hermano.
No entiendo esa fijación en volverlo Operación Triunfo y/o Telenoche Investiga. Y no sólo me estoy refiriendo al público en general, sino también a los participantes. Especialmente los de esta 4ta edición, que se refugian constantemente en el lugar de la "no alternativa".
Pareciera que a todos les pusieron una pistola en la cabeza para entrar ahí adentro, porque la mayoría tiene el discurso de "no quiero jugar, yo solo estoy acá porque quiero protagonizar Montecristo".
1era decisión correcta en situación no idem: en lugar de ir a verdaderos castings de actuación, en lugar de seguir capacitándose, elegir pasar 4 meses encerrado frente a una cámara.
Y encima no ponerse a jugar.
¿Hay algo más estúpido que entrar a no jugar? Anoche un participante decía "yo sé que esto es cómo subirse a un ring donde hay que matarse unos a otros, pero yo no quiero pegar y me molesta porque me van a empezar a pegar"... ¿y se supone que hay que tenerle compasión? No entiendo cómo un razonamiento tan limitado (¿Para qué meterse en la boca del lobo si no se quiere ser comido?), o una mentira tan evidente (el ejemplo lo hunde sólo) puede lograr empatía del público.
A nadie se le ocurre entrar a un casino y pretender ganar sin tener fichas, a nadie se le ocurre jugar al Carrera de Mente sin saber leer.
Pero a este muchacho (Sebastián) se le ocurrió entrar a un juego y ganar sin jugar. 2da decision correcta en situacion no idem: tomarse en serio un juego.
De acuerdo, Gran Hermano es un juego. Operación Triunfo no lo era, pero Gran Hermano sí lo es. Y se parece mucho a Expedición Robinson, por que es un simple experimento de supervivencia. El objetivo es uno sólo: sobrevivir. El juego es no quedar nominado (y sí, la supervivencia es una cuestión egoísta).
La parafernalia comercial que se le agrega (la participación del público), no modifica en lo más mínimo la lógica del juego. El tema de los premios es un artilugio de entretenimiento y venta, no una regla base del juego. El ganador final será un hecho casual (o una estrategia de marketing), pero esa circunstancia no tiene nada que ver con el verdadero juego, que está adentro. Y no es una suposición, es un hecho. Por algo todo se sucede en un aislamiento feroz (la posibilidad de que esté arreglado o guionado no cambia los fundamentos), porque el afuera no importa.
3era decisión correcta en una situación no idem: creer que lo importante es lo de afuera, cuando todo pasa por dentro.
Como dije, el objetivo es eludir la nominación. Uno de los que va al banquillo volverá a nacer, pero ya con una vida menos. ¿Por qué? Porque el asesinato es la regla en Gran Hermano. Asesinato simbólico, claro está. Ir "limpiando" gente del juego, no del planeta tierra.
4ta decisión correcta en situacion no idem: condenar el egoísmo y la exclusión en un juego que se basa en esos dos pilares.
Entiendo que el Ministro de Educación quiera sacarlo del aire justamente porque esos valores no son los que se buscan para nuestra sociedad.
Pero lo que no entiendo, es que la gente pretenda "castigar" esas actitudes que los participantes tienen dentro de la casa, dentro del juego, como si sucedieran en la vida real.
Lluvia de decisiones acertadas en situaciones no idem: Que se piensen que la nominación es una traición real (supongo que jamás jugaron al truco o al póker). Que piensen que la "nominación espontánea" es lo más cuestionable que puede suceder (nunca gritaron "quiero vale 4" con un par de 4). Que se piense que sentir cariño por alguien lo vuelve automáticamente "innominable" en el juego.
Que piensen todo eso cuando saben que los que entraron, entraron para eso.
Los participantes también saben que entraron para eso. Entraron para comerse los ojos y aceptaron eso plenamente. No hacerlo corre por su propio riesgo.
Decisión acertada en situacion no idem por excelencia: creer que dejar ganar al otro por voluntad propia es filantropía. Pero es Gran Hermano, y ahí, dejar ganar al otro por voluntad propia es falta de interés en el juego (por el simple hecho que dejar en la casa a alguien no es salvarle la vida a nivel de vida real).
Es un juego egoísta, claro que sí. Condenar los intereses egoístas dentro de la casa es tan inútil, rídiculo y contraproducente como criticar a un boxeador por dar buenos golpes.
Y a muchos se les da por suprimir el boxeo del mundo del deporte (opción aceptable en situación correcta), pero a nadie por suprimir los golpes del reglamento (lo que pretende el grueso del público que mira Gran Hermano).

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