HOY LES OFRECEMOS:
No, nunca leo las críticas! Bueno, a veces sí, pero cuando ya vi la película...
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Me parece bárbaro que haya gente cuyo trabajo sea mirar toda película que se le cruce por las manos y después sentarse y escribir qué le pareció, por qué y ponerle las estrellitas (o caritas, o letras, o zapatos o lo que sea) según su opinión. A mí me gustaría ese trabajo sin dudas, porque me parece que es ese tipo de laburos que te gustan (hay un proverbio indio que dice: encuentra algo que te guste, y no tendrás que trabajar).
Lo que me parece ridículo, es que haya gente que pretenda tomar esa palabra como absoluta. No me importa qué tan calificado esté el critico/a (quien lo habrá calificado che?), ni cuanto sepa sobre cine iraní, o sobre la vida de Spielberg, sobre la temperatura color o la profundidad de campo. Ni siquiera me importa cuantas películas hizo en su vida (que es sin dudas el único argumento realmente válido para mí). Nada va a lograr que su opinión valga más (ni menos) que la mía, o que la de mi mamá, o la del boletero del cine o de un chiquito que vive en el centro de Tokio.
Y creo esto porque el arte (tomo el cine como ejemplo, pero es algo que se expande a la pintura, la música, la literatura y demás ramas artísticas) no nació para ser juzgado, sino para ser vivido y pensado. Para vivirlo desde su misma creación, o como receptor (lo que no significa que uno quede excluido del proceso).
En el arte no hay verdades, más que las de uno mismo.
Y es por esa misma razón, que tampoco me gusta saber sobre qué trata la película que voy a ver. Es cierto que por ahí uno tiene que tragarse una porquería en la que está invirtiendo tiempo y dinero pero para mí, en mi esquema de pensamiento, vale demasiado la pena correr el riesgo.
/La educación es algo realmente admirable. Sin embargo, es bueno recordar que nada que valga la pena, se puede enseñar/ (Oscar, quien más)
lunes, junio 12, 2006
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