El año pasado conseguí en alguna cueva de Capital una copia usada de "El Diablo y el buen Dios" de 1961.
Después de leerlo empecé a pensar a quien le habría pertenecido. No tenía ningún nombre en ningún lado, pero si tenía subrayadas algunas palabras cuyo significado él/ella desconocía (y cuyas definiciones iba escribiendo en la última página). También tiene un par de anotaciones en las partes superiores de las páginas, pero todavía no alcanzo a descifrar que dicen.
El libro tiene mucho uso, lo que me hace pensar que quizás lo haya leído porque se lo pidieron en alguna cátedra de la facultad, quizás.
Pero lo que más me llama la atención, es que venía con un recorte de diario de 1964, del día que Sartre rechazó el Premio Nobel. Fiel al estilo periodístico político de posición, y especialmente al que reinaba en plena Guerra Fría, Jean Paul es presentado como un contradictorio burgués que manipulaba con un discurso tan contradictorio como él.
Me fue inevitable preguntarme que habrá pensado el dueño de mi ahora libro sobre Sartre, sobre esa decisión suya y ese recorte en particular... ¿qué lo había llevado a recortarlo y dejarlo perdido entre sus páginas? ¿Y cómo había llegado esa copia hasta la cueva donde la encontré? Algo me dijo que no fue él/ella quien lo vendió, sino algún heredero apurado de esos que no saben apreciar verdaderos tesoros...
Tengo una amiga que tiene una copia de Rayuela con una firma extraña en la primera página que ella asegura es de puño y letra de Julio Cortázar...
¡Cuánta historia que absorbe un libro! ¡¡Cuánto del lector absorbe el arte!!
(si algún día alguien quiere darse un baño de Historia, no vaya directo a un museo, visite primero una hemeroteca. Es en los diarios de la época donde uno conoce la verdadera personalidad de una civilización).
miércoles, julio 26, 2006
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