domingo, agosto 27, 2006

Quienes habitan mi planeta lloran lágrimas de cicuta

Pueden manejar los sueños a su antojo, porque no es el reino del tiempo ni del espacio. Incluso cuando sus conciencias los apabullan, en lugar de estresarse se pierden en sí mismos, hechizados. Viven de obsesiones, que los destruyen, los devastan, los hacen sonreír y volar cada día un poco más alto; pero que nunca les ganan.

Los gatos negros siempre son buen augurio, las rosas negras las preferidas. Apuestan al 13 cuando prefieren delegar su suerte.

Aquí nadie espera,
Aqui nadie se arrepiente.
Aquí cada uno es dueño de los latidos de su corazón.

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