miércoles, junio 14, 2006

Grandes clásicos de la humanidad (e)

HOY LES OFRECEMOS:

La Familia

~

Siempre la familia fue la encargada (o la culpable) del rol que cada persona ocuparía más tarde en la sociedad. Dicha suerte estaría atada a varios factores, pero ninguno tan fuerte como el propio género de la persona, es decir, si era varón o mujer. Según cual de los dos fuera, la sociedad esperaría determinadas cosas de ese individuo, que el seno familiar iría formando consciente e inconscientemente.
El hombre primitivo vivía en grupos sociales, pero (dado su naturaleza nómade) no tenía una "pareja estable". La unión entre un hombre y una mujer tenía como fin único la reproducción, por lo que se mantenían juntos alrededor de dos años: el período de embarazo y el de lactancia. El vínculo podía ocasionalmente estirarse un par de años más, si había un nuevo embarazo.

A lo largo de los años, el hombre se hizo sedentario y la cultura fue paliando al instinto sin prisa pero sin pausa. El hombre y la mujer pasaban más tiempo juntos, y sus roles eran cada vez más definidos: Él se encargaba de la supervivencia física, y Ella, de la emocional e intelectual.
Pero claro, todo cambió con el matrimonio. Ese vínculo se institucionalizaba, y por ley no podía cambiarse, a no ser que la muerte se metiera en el medio. Así que había que elegirlo bien y sacarlo provechoso, al fin y al cabo, no era más que una seguridad legal y económica para supuestamente proteger a los hijos.
Si alguien quería "formar una familia como la que formaron mis padres", usualmente se refería a, primero, casarse, y luego, a tener hijos. Perderse alguno de estos pasos implicaba un resultado incompleto: moralmente cuestionable en el primer caso, y socialmente triste, en el segundo.

Formar una familia era un escalafón al que había pocas chances de evitar. La salida más segura, en general, era meterse en la Iglesia, especialmente para la mujer, que era la más repudiada en el caso de no preferir el casamiento. Ese "reclamo social" tiene íntima relación con la naturaleza biológica femenina, que es la de llevar a cabo la reproducción (ya que, si bien el hombre aporta materia prima, ella es la que hace todo el trabajo) y, se suponía, la máxima realización personal a la que podía aspirar, y sólo la entrega a dios podía equiparársele. También al innegable hecho de que "la sociedad" siempre pensó como hombre.
La crianza de los hijos siempre se manejó como una proyección del ciclo reproductivo: el varón tirando insumos (comida, dinero) y protección; y la mujer encargándose del resto. Un pequeño guiño de la sociedad a la mujer dentro del estigma: si bien no tenía derecho a "vivir" puertas afuera de su hogar (que era obligatoriamente su única responsabilidad), era la encargada de la tarea más importante que puede tener un ser humano: programar a las siguientes generaciones (educar a los hijos, digamos), algo en donde le costó encontrar un estilo propio; pero fue mejorando, y aún sigue haciéndolo.

Como dije antes, el leit motiv de la familia son los hijos, es eso lo que le da verdadero sentido al término. Así es como el acto más egoísta que puede cometer alguien (tener un hijo), se convierte en un capital social del que pueden disfrutar todos, aún si los padres o el niño así no lo quieren.

Afortunadamente, y a pesar de ciertas resistencias, la última parte del SXX y los albores del XXI van instalando un concepto totalmente amplio de "familia", casi al punto de volverlo un término genérico. El divorcio, la disminución del matrimonio a un trámite, la fusión de los roles sociales del varón y la mujer, los anticonceptivos, la medicina reproductiva y la aceptación de la homosexualidad (que siempre fue algo natural) van creando un ambiente donde los "hijos" pueden ir creciendo un poco más libremente; así como ir eligiendo sus propios destinos, más allá de las circunstancias impuestas.

*****
"¿Que la familia es la base de la sociedad? ¿La familia de quién? ¡La mía no tiene la culpa de nada! (Miguelito, amigo de Mafalda)

No hay comentarios.: