HOY LES OFRECEMOS:
No tomo mate, café, alcohol ni taxi ( o su equivalente verde)
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El mate es una de las cosas más feas que he probado.
Caliente, tibio, o frío, la sensación no cambia. No importa cuánta azúcar, yuyos, edulcorante, cáscaras, jugos le pongan, me parece infinitamente desagradable. No importa cuánto se gasten en explicarme que es todo un símbolo de la argentinidad (a mí me vienen con argentinidad!! Me llamo Patricia, no Patria por suerte), de la amistad (cómo?? Esa no eran la Pepsi y la Coca??), y que es una compañía inmejorable para largas horas de estudio (nada superan a la Sha y a Odelot y cía!). No me gusta.
Tomar café me da la sensación de estar tragando un trapo en estado líquido (Si Ig, he probado varios trapos en mi vida :p), porque siento que estoy tomando agua sucia, no importa cuánto más caliente y suavizado esté (por más agua, leche o crema que le pongan), no hay mejora. Qué te quita el sueño? No cómo mi fórmula secreta que todos conocen.
Lo que si tengo que confesar, es que los envidio profundamente (a los que viven a café y mate). Su presupuesto es más bajo que yo.
Con el alcohol pasa una cosa muy graciosa. Todos piensan (empezando por Shuna) que no tomo porque me la doy de santa puritana, para no dar un espectáculo lamentable cuando el volumen etílico iguale al de los glóbulos rojos. Na que ver! Si bien es cierto que la gente en pedo me agota, no encuentro ningún placer en tomarme unos cuantos cm cúbicos de alcohol de quemar. No me hace falta, no me lastimé la garganta ni ningún otro órgano interno necesita desinfectarse.
¿Qué me pierdo el increíble sabor a fruta recién licuada en un delicioso trago dulce? Eso es igual a cuando Homero dice a Bart que está llevándolo a Disney cuando en realidad lo lleva a la escuela militarizada! La risa y el sueño te ponen más en pedo y mucho más barato.
De noche todos los autos son verdes, o amarillos. Pero odio subirme a ellos. Aparte del tema de la plata (que como se ve a lo largo del post, parece que me importa bastante jajajaja), hay una cosa de poder que no me gusta nada. Me estoy metiendo en un lugar (el taxi/remis) donde de entrada estoy en desventaja, en un secuestro en potencia (jajaja es mi única paranoia con esos temas). Ni hablar cuando te toca un maldito conversador al volante.
Y si bien esa (la charla con el taxista/remisero) es una situación bien publicitaria/cinéfila/teatral, prefiero toda la vida, observar el muestrario psico-social que me da el Central Azul, todos los días a partir de las 5 am, y una vez por hora de 1 a 5.
lunes, junio 12, 2006
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